No confundas el mimbre con la abacá

No confundas el mimbre con la abacá

Desde sus orígenes, el mimbre ha sido utilizado para multitud de menesteres de nuestra vida cotidiana. Se empleaba en la fabricación de cestas, jarros, accesorios y un largo etcétera que ya conoces. Tales usos sin embargo, han llevado a confundir esta fibra tan resistente e idónea para vallados naturales de jardín, con otras de índole similar como la abacá.

 

A esta especie, pariente cercana de la banana y cuyo nombre científico es Musa textilis, también se la conoce como cáñamo de Manila. Pertenece a la familia de las musáceas y es típica de Filipinas.

 

Lo que es la fibra, está compuesta por células largas y delgadas. Es una planta valorada, igual que el brezo o el mimbre, por su resistencia, pero también por su flotabilidad, por lo larga que es y por su color claro.

 

Desde hace ya dos siglos, este material ha sido muy empleado para fabricar material náutico y también sobres de papel. Actualmente sus usos más frecuentes son la de la elaboración de sogas, cordones, tela para sacos, tapicería, cortinas, papel para filtros de cigarrillos, bolsas de y algunos billetes. De hecho, los yen japoneses poseen un 30% de abacá. Por otra parte, algunas firmas de coches como Mercedes, se valen de esta fibra en lugar de la de vidrio en la carrocería de sus vehículos. Sorprendente, ¿verdad?

 

Ahora bien, debes saber que su extracción es mucho más compleja que la del mimbre, un proceso que puede encarecer el producto final ya que el abacá se saca de la vaina de las hojas que envuelven el tronco de la planta y los tallos deben cortarse en tiras, láminas que serán raspadas posteriormente.