El rosal silvestre: la flora del entorno del mimbre

El rosal silvestre: la flora del entorno del mimbre

Como sabes, la Serranía de Cuenca, cuna del mimbre por excelencia, es el lugar de donde procede la fibra de la que nos valemos para elaborar nuestros vallados para jardín y terraza, unos rollos muy resistentes que se conservan en perfecto estado durante mucho tiempo y que no requieren de grandes cuidados gracias, precisamente, a la calidad de esta materia prima. Sin embargo, el mimbre no es la única especie característica de la Serranía, sino que allí encontraremos otras de tan singular belleza como el rosal silvestre. Te lo contamos todo sobre él.

 

De esta manera, este compañero de ecosistema de nuestra fibra favorita resulta fácil de identificar gracias a su mata arbustiva, que puede variar de distinto tamaño según factores como la simiente, las características del suelo y las condiciones atmosféricas, entre otros; y a sus pequeños capullos de flores, normalmente blancas o rojas. Se suelen distribuir agrupadas en corimbos.

 

Como los de cualquier otro rosal, sus hojas están compuestas por dos o tres pares de foliolos dentados y sus ramas y tallos –provistas de sus típicos y resistentes aguijones- son de un color verde intenso precioso.

 

Su fruto es el escaramujo, conocido también como cinorrodón, que se usa como astringente, antiinflamatorio, cicatrizante y también para combatir la anemia y otras enfermedades